La mudita & Windows 8.1

laMuditaHace un tiempo que tengo una máquina nueva dando vueltas pero que por una cosa u otra no me decidía a pasarla a “producción”.

La máquina en si es una Acer Aspire M5-481T, pero le puse LaMudita porque el sistema de sonido no le funciona (recientemente descubrí que sí le funciona el sonido por HDMI, así que tan mal no está la cosa). Viene con un I3 y 4Gb de RAM, los cuales en poco tiempo se convirtieron en 6Gb que es lo máximo que admite.

El principal problema de la máquina es su sistema operativo, el cual sobrevivió a las primeras 48hrs de estar conmigo gracias a su característica uEFI. Básicamente me complicó tanto bootearla desde otro sistema operativo que no fuera Windows, que me dió tiempo a encontrarle utilidad a tenerlo instalado (punto para la gente de marketing de MS).

Dado que estoy teniendo problemas con los programas desktop viejos en Windows 8.1 (siempre hay algo que no les funciona), el tener una máquina para desarrollar con esto me gustó bastante. Para el día a día, podría tener Ubuntu en una máquina virtual y tendría lo mejor de los dos mundos en un equipo extremadamente portatil (mi otra maquina tiene 17″).

Pero a mi falta de práctica en el mundo Windows, se sumó una intefaz de usuario totalmente cambiada (algo parecido a lo que pasó con Ubuntu y Unity). Bastante perdido, los primeros días me la pasé aprendiendo atajos de teclado y personalizando la intefaz (el nuevo menú de programas es al día de hoy que sigue sin gustarme).

El problema empezó cuando intenté montar una infraestructura de desarrollo usando vagrant+fabric+virtualbox2. La instalación en Windows da para un post aparte, que en algún momento publicaré. Mi primer intento fue el de instalar todo esto en una máquina virtual con ubuntu a fin de mantenerme trabajando igual que antes del cambio de máquina, pero francamente no pude hacer funcionar la conexión ssh con el servidor creado por vagrant. Tras navegar un poco, parece que es un error común con los usuarios Windows, así que pasé al plan B. Instalar todo en Windows.

La instalación en Windows tuvo sus bemoles, pero finalmente quedó andando. Los servidores se instalaron y parecieron funcionar… hasta que llegué al servidor que tiene Nginxs. Hasta este momento no encontré la forma de evitar un error de archivo inexistente que me aparece cada vez que quiero levantar el servicio. La instalación es correcta y la VM funciona perfectamente en MAC y Linux, pero sobre Windows hay problema. Tras ver en Google que el problema es bastante común con Windows, voy a tener que ver cómo solucionarlo de alguna manera poco ortodoxa (o montando ese servidor en otra máquina o pasando todo el desarrollo a otro equipo).

En resumen, llevo aproximadamente quince días siendo usuario de Windows, y sigo sumando. La experiencia me demostró que para el usuario promedio Windows 8.1 no es tan malo como lo pintan, pero que para el desarrollador  “promedio” es excesivamente controlador (ni a la BIOS se puede acceder sin pasar por el SO), generando problemas sin sentido en las aplicaciones. Si bien todavía se mantiene firme como SO base, no descarto la posibilidad de tenerlo virtualizado y volver a linux como sistema base, pero para eso falta un tiempo, ya que los dolores de cabeza que me está dando hoy día son los que quiero tener frescos para la actualización de los viejos programas a Windows 8.1

 

Semana #801 (797~801)

torneo01Este si bien es un resumen de varias semanas, no va a ser tan exhaustiva como debería. Fin de abril y principio de mayo es una época llena de compromisos familiares y este año también tuvo el condimento de estar plagada de feriados largos. Siguiendo la idea con que vengo desde principio de año, los días no laborables no aparecí por la oficina, dedicándolos a la familia y los amigos (cosa que sigue demostrando lo bueno que es para incrementar los resultados laborales).

Con GTV, cada vez está más cerca la tan ansiada versión 1.0. Ya está funcionando una versión un poco precaria de la facturación, que es lo que faltaría afinar para poder “cerrar” la versión, pero todavía faltan unas cuantas interacciones más para poder dejar integrados todos los módulos con la parte de facturación (el cobro de cuotas, de abonos, etc). Pero sigue avanzando sin pausa.

Con GAC estoy afinando la parte de propietarios que todavía no quedó muy cómoda para el usuario (todavía requiere demasiado trabajo “manual” como para justificar las molestias de la utilización de un sistema informático).

A nivel desarrollo a medida, siguen saliendo proyectos y con suerte algunos logren la independencia necesaria como para serles útiles al resto de las personas.

En la parte de desarrollo, empecé a revisar CodeTyphon, que no es otra cosa que un empaquetado especial de Lazarus en donde resolvieron entre otras cosas el dolor de cabeza del crosscompiling. Dado que tanto GAC como GTV están escritos con Lazarus, si con CodeTyphon logro la multiplataforma sin una sobrecarga muy grande de trabajo, voy a estar más que contento de usarlo.

Como nota final, la semana pasada arrancó labx (Laboratorio Linux), un blog desde el cual Alexis Fonrouge nos va a ofrecer consejos, manuales y ejemplos con Linux. Dado que lo conozco desde hace mucho tiempo, puedo decir que Alexis es una de las personas que conozco que más horas ha invertido en investigar seriamente durante años el sistema operativo de Torvalds, lo que hace que este nuevo proyecto que arrancó la semana pasada nos tenga a todos más que expectantes por conocer su próximo post.

 

 

Chronic City – Jonathan Lethem

chronic_city_gEs un libro que no sigue la linea de los que he venido leyendo últimamente. Muy centrado en los personajes (el entorno es insustancial, las situaciones insignificantes) donde lo único importante es el personaje. Todo el libro tiene como hilo conductor a Chase Insteadam, un actor que tuvo su éxito siendo niño y que actualmente vive de las reposiciones de que hacen con ese éxito y de sus “presencias” en cenas de la alta sociedad. A su vez, también cobró notoriedad pública nuevamente porque su amor de la adolescencia se encuentra atrapada en una estación espacial en órbita y periódicamente le envía unas encendidas cartas de amor.

El factor desequilibrante está dado por Perkus Thooth, un crítico de arte excéntrico que vive entre las nostalgias de los éxitos del pasado, la duda sobre la vida y la muerte de Marlon Brando y su alto consumo de marihuana de alta calidad. Perkus parece haber tomado a Chase como “alguien a educar” y parte del libro son sus diálogos y encuentros en donde Perkus “sufre la ignorancia de Chase”. El grupo de personajes humanos está conformado por los amigos del pequeño círculo exclusivo de Perkus y sus distinas personalidades interactuando siempre con Chase como pivot.

La última parte del libro y donde el autor aprovecha para ponerse reflexivo sobre la realidad percibida, la verdad y la intoxicación de la sociedad por los grupos de poder viene acompañado por un tigre gigante de metal que aterroriza demoliendo las casas en las zonas más precarias.

Resumiendo, lo empecé leyendo pensando que era como leer una película de Woody Allen, después empecé a verlo como un libro de Henry Miller con su detalle de los personajes por sobre la historia y terminó sorprendiéndome con algunas reflexiones y un final que me hacen respetar mucho más a Jonathan Lethem